viernes, 13 de abril de 2012



Estoy orgullosa de no ser candado y de no tener deber de todo aquello que se responsabilice de abrirlo. Una ridícula obra de teatro, es todo lo que podemos decir de la sobreactuación de todo aquello que nos rodea ,todo aquello que finge con una mirada conocer más de lo que tú y yo podemos percibir .Como si de una epidemia se tratara. Malos actores para la obra más importante de la única existencia descubierta hasta ahora. En una noche cualquiera , sumisa a  la desvergüenza ,al atrevimiento de mirar sin deshonra y con sonrisas y risas a todo lo que se mueve a 2 centímetros de tu piel, compartir algo más que tus secretos, compartir miradas que aunque no signifiquen nada mañana ,esta noche significan algo más que  el descubrimiento del desamor de tu alma. Noches llenas de gestos que ,repito , mañana no valdrán nada… Te levantas resacosa ,algo contenta, con ganas de comprobar que,  lo que pasó ayer, fue algo más que un sueño anormal. Resuelto todos los acertijos , lo único que queda hoy es enfrentarse a lo que quizás lleve un tiempo asimilar y atreverse a comprobarlo de nuevo. Vergüenza debería darnos a todos los que al día siguiente nos levantamos y nos cruzamos con quien observábamos sin mirar ,y por fin , una vez conseguido el reto de observar mirándole a los ojos, no podamos levantar la cabeza frente a la persona que pudo jugar con nuestras inocentes pero culpables pupilas anoche…  Lo que puede llegar a querer olvidar una simple ebriedad… Lo más importante es todo aquello que aparenta carecer de impotancia

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